En diferentes implementaciones de normas internacionales de información financiera, se ha detectado una enorme falencia que ha conllevado a las entidades a incurrir en grandes costos financieros a raíz de costumbres malintencionadas del mercado y las políticas contables adoptadas o sugeridas por algunos “profesionales contables”.

El Interés implícito en las transacciones de financiación, es uno de los muchos temas que ha generado las falencias mencionadas anteriormente; es por ello que se denotará la relevancia de éste mismo y que gracias a las normas internacionales de información financiera, ha resurgido o tomado un alto grado de importancia en las entidades económicas de todo el mundo.

¿Que es una transacción de financiación?

El estándar de normas internacionales de información financiera para PYMES lo define en su párrafo 11.13 como:

“Una transacción de financiación puede tener lugar en relación a la venta de bienes o servicios, por ejemplo, si el pago se aplaza más allá de los términos comerciales normales o se financia a una tasa de interés que no es una tasa de mercado.”

Para que exista una transacción de financiación, la norma estipula que se deben aplazar los pagos de una transacción a crédito, más allá de los términos comerciales normales;  desde la lógica comercial los términos comerciales “normales”  comúnmente son entre 30 y 60 días de plazo; estos plazos también se fijan dependiendo el tipo de entidad, sus necesidades de flujo de efectivo y capital de trabajo. Dado lo anterior, las transacciones de financiación requieren un manejo contable – financiero distinto a las demás, reconociendo su valor presente a una tasa de mercado de un instrumento de deuda similar.

El plazo es muy relevante pues no basta con determinar los días de pago, sino la financiación que se oculta por tiempo que transcurre hasta obtener el recaudo, o realizar el pago. Normalmente las Pymes manejan altas tasas de interés de mercado debido a que implican riesgo de recaudo o pago. Así las cosas, la entidad busca recaudar en el menor tiempo posible otorgando descuentos por pronto pago que esconden o simulan una financiación.

En términos un poco menos técnicos, la medición de un instrumento de deuda a valor presente a una tasa de mercado es reconocer un costo de oportunidad, en el cual la entidad está incurriendo, debido a la variación del dinero en el tiempo y la posible falta de flujo de caja (cashflow) para realizar inversiones a corto plazo o reinvertir en inventario dificultando nuevas compras (rotación); llevando a la entidad a incurrir en futuros endeudamientos.

En muchas entidades se generan directa e indirectamente transacciones de financiación a sus clientes, socios y empleados, siendo muchos de ellos a una tasa de interés muy inferior a una de mercado o peor aún sin intereses (Tasa 0%); lo preocupante de todo es el criterio por parte de la gerencia para definir políticas contables tan relevantes como los plazos comerciales normales y las tasas de interés pactadas.

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